La Plaza de La Catedral es la más uniforme de las cuatro plazas coloniales principales de La Habana Vieja.
Esta plaza es un auténtico museo del barroco cubano, ya que todos los edificios ubicados en ella, incluida La Catedral, son del siglo XVIII.
En esta plaza confluyen las calles de Empedrado y San Ignacio.
Además de la Catedral de San Cristóbal de La Habana, esta plaza cuenta con otras edificaciones destacadas.
Entre ellos, el Palacio de los Marqueses de Aguas Claras, Palacio del Conde de Lombillo, Palacio del Marqués de Arcos, Palacio de los Condes de Casa Bayona, donde actualmente se alberga el Museo de Arte Colonial; y el Centro Wifredo Lam, pequeño museo y galería dedicado a Wifredo Lam, uno de los artistas modernos cubanos más reconocidos.
En el callejón del Chorro, que parte de la misma plaza, se encuentra el Taller de arte Experimental de Gráfica, donde artistas cubanos realizan aguafuertes, litografías y serigrafías.
Sus obras suelen gozar de una excelente calidad, una gran muestra del arte plástico cubano.
Muy cerca de la plaza se encuentra la célebre Bodeguita del Medio, la taberna-restaurante más famosa de toda Cuba.
De hecho el propio Ernest Hemingway, quien la visitaba frecuentemente, la mencionaba en una de sus frases “My daiquiri in Floridita and my mojito in La Bodeguita”.
Cabe destacar que su restaurante es uno de los mejores en cuanto a cocina criolla.
Existe la tradición de que las personalidades que por ella pasen dejen una huella, un recuerdo, bien sea en forma de foto, objeto, o grafiti, pudiendo encontrarse firmas históricas como la de Salvador Allende, Pablo Neruda, o Ernest Hemingawy , entre muchos otros.